GAS en Navidad


GAS en Navidad

Lo que sea por quien sea.

Esta es la frase que me repetía cada día antes de llegar a JIMB. Y que me recordaba a mi mismo en los momentos más complicados de este voluntariado. Siendo trabajador social y con casi 27 años, no había estado nunca tan cerca con la realidad del autismo ni del daño cerebral.

Y lo peor es que me llevaba a 8 jóvenes más. Y a Will, al cual en forma de broma llamándole viejo, aprovecho para darle las gracias por acompañarnos. 9 personas que se iban a llevar conmigo un chute de realidad muy bestia. Pero por quienes ponía la mano de que se implicarían al 100%, demostrando desde el minuto 1 ese “lo que sea por quien sea”

Hemos intercambiado propuestas de juego con un cálido “¿hacemos esto?” por bofetadas. O, en el mejor de los casos, incómodos silencios. Qué difícil debe ser estar en un mundo que no comprendes ni te comprenden. Hemos intercambiado cariño por cambiar pañales y limpiar babas.

Qué difícil debe ser sentirse eternamente dependiente. Hemos dedicado 4 mañanas de madrugar durante nuestras vacaciones por 0 euros. Qué difícil es para esta sociedad comprender que no todo se paga con dinero. ¡Ojo! Que al igual que os digo esto, también os digo que no somos mejor que nadie.

Personalmente, volveré a Mallorca con mi familia y les contaré lo que he hecho estos días. No por fardar, sino porque ha sido algo que me ha conmovido. Mi tía Carmen será la primera que exclame: “mira si es buena persona”. No es para tanto Carmen. Hacer voluntariado supone ser humilde y saber que todos tenemos, al igual que los usuarios/as de JIMB, nuestras manías y defectos.

Creedme si os digo que estas mañanas no han cambiado la vida de las personas con las que hemos estado. Quizás hemos apoyado la calidad de las dinámicas de la Fundación JIMB. Lo que sí ha cambiado es nuestro modo de mirar y de pensar: ¿Cómo será el día a día de estas personas? ¿Y el de sus familiares? ¿Habrá recursos suficientes y adecuados?

Motivar estas inquietudes es la razón que lleva a las Escuelas a promover iniciativas solidarias. Debemos ser conscientes de la realidad que nos rodea para que el “ser hombres y mujeres para los demás”, el “lo que sea por quien sea” o el eslogan que tenga cada uno, no sea una mera frase sino un estilo de vida.

Francesc Fayos

VOLUNTARIADO EN LA ASOCIACIÓN JIMB, UNA EXPERIENCIA TAN DURA COMO BONITA

Recuerdo cuando Francesc nos presentó este voluntariado como una experiencia que iba a ser ‘tan dura como bonita’, pero de la que podíamos aprender mucho.

Tanto yo, como algunos compañeros de las escuelas, nos animamos sin saber muy bien a qué nos enfrentábamos; y al llegar, nos sorprendió ver que ni siquiera él lo sabía, pero venía preparado con un ‘lo que sea por quien sea’ como lema.

Tras 4 mañanas colaborando con la asociación JIMB, puedo decir que tenía razón. A pesar de que ha habido momentos de tensión y dificultad, es una experiencia que me ha hecho crecer un poco más como persona y ver las cosas de otra manera.

A pesar de haber recibido golpes, desprecios y algún que otro silencio al tratar con los usuarios. Me quedo con aquellos abrazos inesperados, risas sin razón, invitaciones a jugar a la pelota o miradas de ilusión, que me han llenado por dentro. Pero también entiendo que debe ser muy difícil verse limitado por las condiciones con las que vives, e incomprendido por no saber gestionarlas. Me ha impactado mucho presenciar como se viven las crisis del autismo, pero también me ha llamado la atención lo cariñosos que pueden llegar a ser estos niños, y las diferentes actitudes con las que los adultos afrontan aquello que les pasa.

Nunca antes me había parado a pensar cuánto puede expresar una mirada o un simple gesto. Durante estos días me he dado cuenta de la cantidad de formas uno se puede expresar, todas igual de válidas, desde lengua de signos, hasta dibujos o lenguajes inventados. He aprendido cómo muchas veces no son necesarias las palabras para entenderse, si no que basta con empatía, paciencia y algo de cariño para conseguirlo.

Soy consciente de que el trabajo que hemos realizado allí no ha generado un impacto mayor que entretener a los pacientes durante un tiempo y ayudar a que los trabajadores puedan ir un poco más tranquilos durante su jornada.

Pero a mí, vivir esta experiencia me ha hecho entender cómo existen diferentes maneras de percibir y disfrutar de las cosas. He comprobado que cada persona es un mundo, con sus gustos, manías, defectos, y necesidades distintas, que van más allá de su condición y no deben juzgarse por ella. También he comprendido lo difícil que es vivir con este tipo de condiciones, lo que me ha ayudado a ser un poco más agradecida con la vida que tengo.

Sin duda, es una experiencia de la que he disfrutado mucho, y que volvería repetir cuando tenga disponibilidad. Más allá de lo que he aprendido, me llevo el recuerdo de momentos muy divertidos y el haber conocido un poco más tanto a los compañeros que han vivido conmigo esta experiencia, como a los voluntarios que colaboran con la asociación.

Eva Marqués.

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