LA COMUNIDAD DE JESUITAS DE LAS ESCUELAS


LA COMUNIDAD DE JESUITAS DE LAS ESCUELAS

LA COMUNIDAD DE JESUITAS DE LAS ESCUELAS

En el pabellón de entrada a las Escuelas, en los pisos segundo, tercero y cuarto, vivimos la comunidad de jesuitas de las Escuelas. Para muchas personas de la comunidad educativa quizá seamos los grandes desconocidos. Por ello aprovecho la ocasión de este boletín para presentaros.

Vivimos en esa comunidad 23 jesuitas, lo cual es un número importante dada la realidad numérica de la mayoría de las comunidades jesuitas de España. La edad media de la comunidad es alta: sobre los 85 años. La persona más joven de la comunidad tiene 69 años y la mayor 97. Algunos de los jesuitas de la comunidad necesitan una atención especial por razones de salud, pero la mayoría, dada la edad, nos encontramos razonablemente bien, con las “goteras” propias de los años.

De los jesuitas de la comunidad hay algunos que tienen una larga trayectoria en las Escuelas, que forman parte de su historia y son más conocidos: el P. Ángel López y el P. Eugenio Solaesa o los hermanos Antonio Rupérez, Pedro Moreno y Vicente Más. Otros hemos pasado algunos años de nuestra vida en diversas misiones en las Escuelas. En cualquier caso, los vínculos afectivos entre la comunidad y el colegio son grandes y entrañables.

¿Aportamos algo? ¿Podemos aportar algo más? ¿Somos una “carga”? Empezando por responder a esta última pregunta, intentamos no ser una carga, aunque necesitamos (y agradecemos) la ayuda que nos prestáis, de una manera muy especial, el personal de administración y servicios.

¿Qué aportamos? Quizá lo más importante que aportemos sean cosas intangibles, pero que hacen de las Escuelas un colegio con “alma”: aportamos nuestra oración cotidiana por las Escuelas, por sus personas y por sus actividades; aportamos memoria de lo que han querido ser y han sido las Escuelas desde su nacimiento, de sus ideales educativos y humanos; aportamos vinculación con el cuerpo apostólico de la Compañía y sus prioridades apostólicas actuales. Y también aportamos otras pequeñas y variadas ayudas que se nos piden y que podemos hacer: en la biblioteca, en la capilla, en las aulas, en actividades docentes o extraescolares.

¿Qué podemos aportar? De entrada, nuestra disponibilidad dentro de nuestros obvios límites. Pienso que, además, también podemos aportar en campos como el de la formación o acompañamiento del profesorado. Quizá la situación de la pandemia menguó la relación comunidad de jesuitas y resto de la comunidad educativa; ojalá la vayamos recuperando e incrementando.

Darío Mollá Llácer sj

Superior de la comunidad

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