Experiencia en Taizé FP y 2ºBACH


Experiencia en Taizé FP y 2ºBACH

Me gustaría compartir mi experiencia en Taizé con todas aquellas personas que tengan un ratito y algo de curiosidad. Prometo que la experiencia vale, muchísimo, la pena. Quédate hasta el final e intentaré que el texto lo refleje.

No voy a hablar del largo trayecto en bus, porque la verdad es que la ida la pasamos durmiendo, rápido y bien. O del funcionamiento y la normativa de convivencia básica de Taizé, porque creo que son cosas que se saben antes de ir. Tiene una estructura que hay que seguir, unos horarios marcados, tres oraciones al día, comidas, servicios (voluntarios) y momentos de reflexión.

Para mí, lo más sorprendente y bonito de Taizé fue la conexión con TODO. Con uno mismo, con los compañeros, con el alumnado y con la gente de allí. Contarlo se queda corto, hay que vivirlo. Voy a intentar explicarlo:

Digamos que Taizé te "obliga" a parar, en el momento en el que entras a las oraciones y comienzan con los cantos, entras en una especie de burbuja de paz, los cantos te relajan y sin darte cuenta estás siguiéndolos y murmurando las canciones, al final hasta las cantas. Poco después llega el momento de silencio y aunque al principio puede ser extraño, es uno de los momentos que, para mí, fue más relevante. Es ahí, en ese parón en silencio, donde te escuchas a ti mismo de verdad, conectas contigo y con tu espiritualidad. Es momento de introspección.

Cuando estás preparando las dinámicas con los compañeros, realizándolas y trabajando en equipo conectas de una manera especial, además de los pequeños momentos tomando un café o paseando por aquellos paisajes tan bonitos. Agradezco mucho haber podido compartir esos días con gente tan increíble.

La conexión con el alumnado, entre ellos mismos y con nosotros. La pequeña “barrera” que separaba Bachillerato de FP se fue diluyendo poco a poco y todos se fueron integrando y entremezclando, con todo lo positivo que eso conlleva, ambos pueden ayudarse y enseñarse mucho mutuamente.

Era la primera vez que se abría la experiencia de Taizé a Formación Profesional en Grado Medio, y para mí fue un completo acierto. Salir de sus rutinas, hábitos o círculos de referencia y conocer gente nueva en un ambiente internacional, al menos durante unos días, les abrió un abanico de nuevas posibilidades.

Y aunque no todo fue fácil, creo que el resultado y la recompensa fue brutal para todos en general y para nuestro alumnado de FP en particular.


Quique Badimón

Profesor de FP





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