Pascua Joven de la Fundación Pedro Arrupe de Valencia

Después del “frenazo” de la pandemia y otras circunstancias, al fin hemos podido recuperar la Pascua Joven. Este año las Escuelas nos unimos a la Pascua organizada por Fundación Pedro Arrupe.

Nos acogió generosamente, una vez más, el Colegio Nazaret de Alicante, poniendo a nuestra completa disposición todas las instalaciones del centro, y el catering que sirve en el mismo nos atendió espléndidamente. Además, a primera hora de la tarde del Jueves Santo nos habló la directora de los programas sociales de Nazaret, Itxaso, que nos situó en la realidad transformadora y samaritana del día a día. A partir de ese momento, sentíamos que Nazaret ya no era un colegio más, sino terreno sagrado.

Nos hemos juntado cuarenta y tres personas: veinticinco jóvenes de bachillerato, siete adultos (CVX ‘Ignacio Ellacuría’, AA.AA FP Integración Social y Centro Arrupe), cuatro profesores (dos de Bachillerato y dos de Ciclos Formativos), seis niños y el consiliario de las Escuelas, Jesús Giménez. Entre los participantes, nuestro director, Pedro Giner, y el de Nazaret, Leoncio Calvo, que pasó una tarde completa con nosotros. También nos visitó Álvaro Lobo sj, delegado provincial de pastoral juvenil y colegial.

Como toda Pascua joven, además de los oficios del Triduo Pascual, el tiempo se distribuyó entre actividades en grupos, animados por los más mayores, y oraciones dinamizadas (el huerto y la adoración de la cruz). Destacaron el “Vía Crucis” y el “Vía Lucis” por su creatividad y profundidad. Y naturalmente, momentos de descanso y de juego como a sus edades corresponde. Todos estos materiales los ponemos a vuestra disposición si contactáis con el consiliario.

Resaltamos la seriedad e implicación de todas y de todos, pero muy especialmente de los más jóvenes por el hecho de ser su primera Pascua. Notamos cómo el recorrido en las Escuelas San José, en la mayoría desde Primaria, ha calado en una actitud de compromiso con los horarios y el trabajo comunitario, la participación en grupo, la capacidad de reflexión y de silencio, el cuidado y el respeto.

Indudablemente, esto hay que agradecérselo a los muchos campamentos (hasta 10 han podido ser), donde se han trabajado estos valores, y a una pastoral de Primaria y de Secundaria que cuida la interiorización, la transmisión de la fe y la apertura con conciencia crítica hacia el mundo. El aporte de los mayores ha dado la madurez teológica y vivencial de la fe y dio sentido, unificó e hizo coherente todo lo vivido en estos tres días de búsqueda como “gente esperanzada”.

Ahora volvemos a nuestra “Galilea”, para encontrarnos con Él.

Jesús Giménez SJ